viernes, 29 de julio de 2016

Disimulos



No hay remedio para el rímel corrido
ni bótox para los las líneas que insisten en aparecer.
No hay cremas ni pócimas ni ungüentos ni nada
que borren los días vividos
los amores deshechos
los hijos que no vinieron
las páginas en blanco
las puertas que no se abrieron
y las oportunidades que se fueron tras otros.

No hay nada
sólo el rumor de los postigos resecos
la borra del café
los números de teléfono
los kilos que se ganaron o se perdieron
y la piel de naranja que también se empeña
en nombrarnos en cada espejo.

No hay disimulos es cierto
ni simulacros
sólo una tregua cuando al final del día
te encuentro entre mis paredes.

jueves, 28 de julio de 2016

Imposibles



Sigo pidiéndome imposibles
dejar de fumar por ejemplo o no hacer muecas
vivir en la Tierra y no en su satélite
acordarme dónde estacioné
no llorar de impotencia ante la injusticia
llevar el pelo largo por más de un año
escribir con disciplina, de nueve a tres y de seis a nueve,
bañarme los domingos
comprar una tv de última generación
dejar de atiborrar a la pobre librería
 que se queja del peso sobre sus hombros
dormir como a las diez y despertar como a las ocho
enamorarme como si fuera la primera vez
volver a creer en la Navidad y en sus luces de teatro en decadencia
celebrar los verbos y poner los pies en el suelo
escribir un poema que merezca su nombre,
soñar menos
y sobre todo, creer que el tiempo cura las penas y el olvido.

viernes, 22 de julio de 2016

Cansada de ser mujer



A veces uno se cansa de ser hombre decía Neruda
y a veces una también de ser mujer digo yo
de batir pestañas
de desplegar encantos y velas
de mover las caderas y quemarse con el fuego de la cocina
del lápiz de labios, las cebollas
los pantalones ceñidos, el secador de pelo, la plancha
y todo el tiempo gastado en depilaciones, tintes y otros rituales.

A veces una también se cansa de mujer
de las dietas, los tacones, las carteras
los anillos y sobre todo del sueño del vestido blanco
y el príncipe azul.

Y un día pasa que cansadas de ser mujer
nos levantamos un domingo
con todos los signos de las derrotas
y decidimos andar con la cara lavada
como limpias de culpas
aunque no nos silben al cruzar la esquina
y no paremos el tráfico.

Cansadas de ser mujer, de lo que quieren de ellas
nos entregamos a vivir.

jueves, 21 de julio de 2016

Domingos


Los domingos pasan y se enredan
con su voz de lluvia y su tacto de trueno.
La soledad se hace más sola
los llantos no necesitan excusas
y la memoria se llena de ecos.
Deberían abolirlos
desterrarlos para siempre de los calendarios
confinarlos a los álbumes de familia.
Sería imprescindible prohibir las misas y las tardes de cine
dimitir de cualquier asomo de esperanza como a las cinco
y de todo intento de rebelarse contra el pesimismo.
Lo único que debería estar permitido
son los encuentros en los que el cuerpo a cuerpo
borre para siempre el tedio del lunes.