La calle se puebla de fantasmas
la luna se eclipsa entre semáforos y farolas
y otra vez la lluvia vuelve a ser el mástil donde se agitan
las dudas.
Cada quien busca dónde asir los cantos
dónde sumergir plegarias, excusas o protestas
cuando la vida hace aguas
y la noche es más oscura.
Otra vez la lluvia
como tierra fecunda, adiós y bienvenida.
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